no hubo entrega más sabrosa que la nuestra

la que amasamos entre besos y promesas

nos amamos hasta el sueño impredecible

ni el olvido se atrevió a amanecernos.

                                                                                            Foto: Alain Laboile



Si todas las palabras ajenas se esfumaran para siempre
si  la vida me arrancase los abrazos de un plumazo
estaría perdida
al menos que un viento inexplicable me despierte algún sueño

lo que trajo la mar...

Algo de tu infancia  late en mis pupilas

valija apurada llena de perfumes

cartas no escritas

silencios gritados en la inmensidad del viento

sin mas testigos que el llanto de tu madre desde un puerto que se aleja

y una  promesa

 chiquita,

blanda, tibia, 

aleteando en pájaros que se adelantan a tu paso.

Algo de vos grita en mis palabras

llevo distraída la sangre de  tus sueños

tus miedos

tus corajes

tu herencia  

animarse al vuelo

estoy en medio de un vuelo fabuloso
miro hacia abajo y no veo nada
miro hacia arriba y es inútil
suspendo mi mirar en este instante
y si el fracaso se esconde tras las crines de mis sueños

será igual 

seremos dos volando

fracaso y triunfo
abrazados para no caernos

pesadilla

 rezar se parece a la caricia
desde adentro
el abrazo insobornable
una luna me  custodia desde afuera
y desde adentro
luna, rezo
y mis piernas ya no tiemblan

malquerida

al fin la noche...
amiga muda que me cubre las heridas
que esconde entre las sombras a los hijos del dolor que se me asoman
cada dia nace uno
se acomodan en mi espalda, que se abre a sus anhelos como madre.
buena madre
buena hija
buena esposa
me acomodo el vestido y salgo al mundo
gritar?
esperaré la noche
mi grito se ahogará en los brazos de la luna

palabras

otra vez masticando el desamor?
rumiando reproches mudos se te irán apagando las luces
esas que has venido encendiendo una a una a los costados de la vieja  oscuridad
dejá que vuelva el ingrato a su nido - tumba
donde lo pusiste algún tarde de infancia
y seguí con la vida
encedé las luces por favor
que allí respiro